I.
Alcanzar el horizonte es fácil. Basta con alejarse indefinidamente.
II.
Los trebejos construían caminos en la arena. Caminos que sólo duraban una tarde, en el mejor de los casos. Pero suficientes como para no perderse de vista.
III.
Hay una relación geométrica entre el camino y el tiempo. La espera es más aguda cuanto más larga es la senda.
IV.
En el agua o en el aire, las distancias se miden con sonidos.
V.
Si un animal pudiera correr más rápidamente que su grito, amanecería destrozado de desesperación.
VI.
El emperador de Broskov diseñó los caminos para que sus jardines no fueran nunca pisoteados. Él mismo era un blanco demasiado fácil en su jardín.
VII.
Correr a la misma velocidad que el planeta, podría hacernos eternos.
VIII
Un ejército persigue a otro que lo persigue. La única orden sensata sería dispersarse.
IX
Para ubicar un tesoro, sólo hace falta una marca de tinta. Pero si el tesoro realmente está allí donde el mapa lo previene, ya ha dejado de serlo. Verdadero tesoro es el que aún no se ha visto.
X
Para alcanzar el tesoro que no se ha visto, Trapisondae hizo marcar en sus mapas, todos los puntos donde aparecieron, aparecerán o se dice que aparecen de noche en noche o de vez en vez, algún tesoro, para descartar esos lugares de su búsqueda.