Orígen de Rosagrís

Revise todos los manuales, diccionarios enciclopédicos y atlas mundiales. No hallará ninguna bandera nacional que entre sus colores ostente ni el rosa ni el gris.

De tal forma, que decidimos confeccionar la bandera Rosagrís, que por otra parte posee el orgullo de ser al mismo tiempo la primera bandera doble faz. De una cara es rosa (el palito o “asta” a la izquierda) y de la otra es gris (el palito o “asta” a la derecha).

Esta bandera es a partir de entonces, la bandera de Rosagris: La Nación que faltaba. Y de hecho, en caracteres dorados, entre una y otra faz, reza: “The country that was needed” en el latín moderno norteamericano).

Esta Nación no posee territorio, ni gobierno ni población. Se trata de una anarquía constitutiva e irrenunciable.

Sin embargo, tiene objetores.

Me explico: Nadie, ni usted, ni su perro ni su locomotor sienten ningún tipo de orgullo por no ser naturales de Suavilandia, Brancosia, Trebuma o Karetchu. En cambio, existimos personas verdadera y fervientemente orgullosas de no ser ciudadanos de Rosagrís. Precisamente estas personas objetoras de su carácter de ciudadanas de Rosagrís, son las únicas de las cuales puede predicarse su carácter de “rosagrises”. De allí que el padre fundador de esta Nación sea el mismísimo Hegel (véase La Lógica).

Rosagrís también posee un héroe nacional: El falso general Trapisondae, quien dirigía un ejército inexistente, con el cual no libró ninguna batalla, en cada una de las cuales no resultó jamás vencedor, pero de cuyas preparaciones hay abundante material estratégico. Posee asimismo un padre espiritual, el falso hermano Lacimo, absoluto no creyente, del que se cuenta que no redactó jamás el sincretismo racionalista que se le arroga, ni indicó en momento alguno no ser quien decía ser, a pesar de lo cual existen numerosas versiones de lo uno y de lo otro.

¿Quiere usted también objetar su ciudadanía?. Sea un objetor más de Rosagrís, un país que sólo posee relaciones internacionales, incluso entre sus propios nacionales, e incluso respecto de cada nacional consigo mismo.

De allí que posea también su goleador: Alexander Barujamen, guardabarreras del equipo, quien equivocó los asaltos y su ubicación en la cancha, así como el juego al que se estaba jugando en el momento en que dejó pasar las pelotas por entre sus manos.

Entregaremos pasaportes a todo aquel que proteste su ciudadanía en el atrio.

domingo, 23 de agosto de 2015

VOCES COMO LABIOS
                                                                                                                               Raúl
            De aquí y de allí, en este o en aquel idioma. En todos los idiomas. Voces sueltas, descarnadas, descastadas, desprovistas de emisor y de destinatario.
            Voces como labios, labios como nervios, nervios como el aire.
            Voces como verbos. Verbos sueltos reclamando órganos. Verbos sueltos entregando toda su montura por un soplo de piel.

                                                                                                                                 Paola
            Puedo recuperarme desde los costados de un dolor, que todavía persiste. O desde los límites de una alegría que no cesa.
            Soy el texto desangrado y la voz genuina. Soy el tiempo desechado, pero la niebla disipada.

Fernando
            El vigía en el extremo del mástil superior, no busca el dibujo de la costa recortado contra el mar.
            Busca la palabra “Tierra”. Busca la frase “¡Tierra a la Vista!”.

Raúl
            Soy en donde
                                   Sueno.
            Ni campana, ni badajo. Sólo el tono. El tono,
                                                                                              Y la tensión.

Paola
            Buscar un cuerpo es buscar el sitio en el que la memoria.
            Pero la memoria es ubicua.
            No tiene centro, locación ni efeméride.
            Aquello que recuerdo puede no haber pasado nunca.
            Y sin embargo doler.

Fernando
            El navío no habla. Pero mis sonidos tienen el chirrido de sus tablones sobre la brea.
            Llegar a tierra es poder partir de nuevo.
            Hay corrientes de sonido así como las hay de los océanos.
            Corrientes de sonido que nos levantan y pronuncian y disipan.
            Corrientes de sonido que a veces impactan contra los acantilados. O caen vencidas en los surcos del camino.

Daniel
            Esa noche había un ruego. Un ruego que se estiraba y repetía.
            Un ruego insistente que
llegaba
por los descuidados intersticios de las sombras.

Raúl
            Buscan las palabras un dónde que es un quién que es un cuándo.
            Pero las voces no pueden andar sin perseguirse, destejerse y enredarse.
            Vuelo de labios sueltos de la cara.
Vuelo de lenguas sueltas de la boca.
            Vuelo de raíces anudadas.

                                                                                                        Paola
            Voy arrastrada en el eco de mi grito. Para hallar el origen del silencio.
            Allí donde pueda no haber más.
            Allí donde pueda no haber más llanto, golpe, pena y desconsuelo.
La memoria es lenta y abundante.
            Como una lluvia de gotas pesadas y viscosas.
            La memoria muerde, tiembla, late,
            Tiene la mirada de una vértebra musgosa.

Daniel
            Volver no es igual que haber estado.
            Volver ahora es atravesarse.
            Volver, dejar volver, es permitirse, arrancarse, confundir el ser con el deseo.
            Hay una cadena de brazos que tienden hacia mí su súplica.
            Tiro de ellos pero
nunca
sobreviene la cabeza.

Fernando
            Ahora que el mar es parte de mí, puedo empujar hacia la costa mi navío.
            Si alguien llama, desde cualquier sitio, si alguien requiere mi llegada a tiempo,  es que soy el héroe.

Raúl  

            Los principios trágico, épico y romántico, se buscan, se entrelazan, se pronuncian.
            Uno tras otro tienden sus trampas, sus vicios, y agonías.

                                                                                                                             Raúl                         Un origen retiene a estas voces.
Un origen que al mismo tiempo los atrae y los espanta. 

                                                                                                                                 Paola
            Fui (soy) seré arrojada a un saco en compañía de un gallo, un perro y una serpiente. Fui (soy) seré arrojada en una hoguera. Fui (soy) seré abandonada en las calles. Fui (soy) seré arrastrada por caballos. Fui (soy) seré lanzada al agua atada a una piedra. Fui (soy) seré encerrada en calabozos, marcada a fuego, lacerada, lapidada, forzada, escondida.
            Porque dudé al momento de seguir al hombre y abandonarlo todo a una ira que castiga lo mismo que provoca, vuelvo mi cabeza hacia atrás, ofreciendo el cuello al descubierto...
            …Fui (soy) seré la efigie de sal.
Daniel
Para esa Luna, trajeron ante mí a la condenada.
            Luna y condena eran las dos una sola palidez.
            Las dos tenían signos de ya haber sido castigadas.
            Las dos tenían signos de una espera enorme.
            Vi en sus ojos que, sin embargo, no esperaba nada de mí.
            Así que levanté mi mano…

Fernando
            El héroe es la palabra a tiempo. El viento que tira de las velas en el segundo en el que el navío naufraga. La caída de una lluvia abrupta sobre el depósito de pólvora. El desplome de todos los muros sobre cada pelotón de fusilamiento.
           
                                                                                                                                 Raúl
            La  lógica es lineal, y por lo mismo, ausente.
            Las voces se procuran los caminos del hallazgo, más que los recorridos del espacio y el tiempo.

Si el sueño de la razón engendra monstruos,
lo nuestro es la vigilia del deseo.
            La espuma del mar amanece.
Trae un sonido distinto, como el de un nuevo nacimiento.
Es el mar ahora el que mueve las campanas.

Paola
            No lo agradezco.
            No agradezco el perdón que nace de la ofensa,
de la sumisión,
o de la agonía.
            No agradezco la indulgencia del que acompaña la culpa.
            No agradezco la magnanimidad del que puede liquidarme.

Daniel
            ¿Cómo aceptamos que un gesto tan insignificante, como el de un trazo en un papel, un dedo en el aire, puedan decidir entre la vida y la muerte?.
¿Cómo aceptamos que un atavío confiera el poder de descorrer todos los cerrojos de una vida?
¿Cómo aceptamos que una palabra
transforme a una voz en un hato de imprecaciones?
Así que quité de mí los atavíos del cargo, la misión y los honores, aparté de mí los signos y los pliegos del proceso, y puse mis manos abiertas en el aire, expuestas a lo que ella pudiera sostener.

Fernando
Un acantilado recibió el desplome de las olas.
Las amarras del navío se desaferraron.
Sólo la espuma. Sólo la espuma ofrecía líneas, trazos, rasgos como venas en las que defenderse.
Una madera rota flotando, al costado del naufragio.
Ese es el héroe.

Raúl

            Ella, ante la mano levantada de él, al verlo allí, al verlos allí, cada uno de sus dedos flacos, nudosos, acicalados, perfectos, como diez verdugos desarmados, como diez raquíticos hambrientos, apuntó al que parecía estar ahogado, hinchado, padeciendo… Y le mordió el dedo del anillo.