VOCES COMO LABIOS
Raúl
De aquí y de allí, en este o en
aquel idioma. En todos los idiomas. Voces sueltas, descarnadas, descastadas,
desprovistas de emisor y de destinatario.
Voces como labios, labios como
nervios, nervios como el aire.
Voces como verbos. Verbos sueltos
reclamando órganos. Verbos sueltos entregando toda su montura por un soplo de
piel.
Paola
Puedo recuperarme desde los costados
de un dolor, que todavía persiste. O desde los límites de una alegría que no
cesa.
Soy el texto desangrado y la voz
genuina. Soy el tiempo desechado, pero la niebla disipada.
Fernando
El vigía en el extremo del mástil
superior, no busca el dibujo de la costa recortado contra el mar.
Busca la palabra “Tierra”. Busca la
frase “¡Tierra a la Vista!”.
Raúl
Soy en donde
Sueno.
Ni campana, ni badajo. Sólo el tono.
El tono,
Y
la tensión.
Paola
Buscar un cuerpo es buscar el sitio
en el que la memoria.
Pero la memoria es ubicua.
No tiene centro, locación ni
efeméride.
Aquello que recuerdo puede no haber
pasado nunca.
Y sin embargo doler.
Fernando
El navío no habla. Pero mis sonidos
tienen el chirrido de sus tablones sobre la brea.
Llegar a tierra es poder partir de nuevo.
Hay corrientes de sonido así como
las hay de los océanos.
Corrientes de sonido que nos
levantan y pronuncian y disipan.
Corrientes de sonido que a veces
impactan contra los acantilados. O caen vencidas en los surcos del camino.
Daniel
Esa noche había un ruego. Un ruego
que se estiraba y repetía.
Un ruego insistente que
llegaba
por
los descuidados intersticios de las sombras.
Raúl
Buscan las palabras un dónde que es
un quién que es un cuándo.
Pero las voces no pueden andar sin perseguirse,
destejerse y enredarse.
Vuelo de labios sueltos de la cara.
Vuelo
de lenguas sueltas de la boca.
Vuelo de raíces anudadas.
Paola
Voy
arrastrada en el eco de mi grito. Para hallar el origen del silencio.
Allí donde pueda no haber más.
Allí donde pueda no haber más
llanto, golpe, pena y desconsuelo.
La
memoria es lenta y abundante.
Como una lluvia de gotas pesadas y
viscosas.
La memoria muerde, tiembla, late,
Tiene la mirada de una vértebra
musgosa.
Daniel
Volver no es igual que haber estado.
Volver ahora es atravesarse.
Volver, dejar volver, es permitirse,
arrancarse, confundir el ser con el deseo.
Hay una cadena de brazos que tienden
hacia mí su súplica.
Tiro de ellos pero
nunca
sobreviene la cabeza.
Fernando
Ahora que el mar es parte de mí,
puedo empujar hacia la costa mi navío.
Si alguien llama, desde cualquier
sitio, si alguien requiere mi llegada a tiempo, es que soy el héroe.
Raúl
Los
principios trágico, épico y romántico, se buscan, se entrelazan, se pronuncian.
Uno tras otro tienden sus trampas,
sus vicios, y agonías.
Raúl Un
origen retiene a estas voces.
Un
origen que al mismo tiempo los atrae y los espanta.
Paola
Fui
(soy) seré arrojada a un saco en compañía de un gallo, un perro y una
serpiente. Fui (soy) seré arrojada en una hoguera. Fui (soy) seré abandonada en
las calles. Fui (soy) seré arrastrada por caballos. Fui (soy) seré lanzada al
agua atada a una piedra. Fui (soy) seré encerrada en calabozos, marcada a
fuego, lacerada, lapidada, forzada, escondida.
Porque dudé al momento de seguir al
hombre y abandonarlo todo a una ira que castiga lo mismo que provoca, vuelvo mi
cabeza hacia atrás, ofreciendo el cuello al descubierto...
…Fui (soy) seré la efigie de sal.
Daniel
Para
esa Luna, trajeron ante mí a la condenada.
Luna y condena eran las dos una sola
palidez.
Las dos tenían signos de ya haber
sido castigadas.
Las dos tenían signos de una espera
enorme.
Vi en sus ojos que, sin embargo, no
esperaba nada de mí.
Así que levanté mi mano…
Fernando
El
héroe es la palabra a tiempo. El viento que tira de las velas en el segundo en
el que el navío naufraga. La caída de una lluvia abrupta sobre el depósito de
pólvora. El desplome de todos los muros sobre cada pelotón de fusilamiento.
Raúl
La lógica es lineal, y por lo mismo, ausente.
Las voces se procuran los caminos
del hallazgo, más que los recorridos del espacio y el tiempo.
Si
el sueño de la razón engendra monstruos,
lo
nuestro es la vigilia del deseo.
La
espuma del mar amanece.
Trae
un sonido distinto, como el de un nuevo nacimiento.
Es
el mar ahora el que mueve las campanas.
Paola
No
lo agradezco.
No agradezco el perdón que nace de
la ofensa,
de
la sumisión,
o
de la agonía.
No agradezco la indulgencia del que
acompaña la culpa.
No agradezco la magnanimidad del que
puede liquidarme.
Daniel
¿Cómo
aceptamos que un gesto tan insignificante, como el de un trazo en un papel, un
dedo en el aire, puedan decidir entre la vida y la muerte?.
¿Cómo
aceptamos que un atavío confiera el poder de descorrer todos los cerrojos de una
vida?
¿Cómo
aceptamos que una palabra
transforme
a una voz en un hato de imprecaciones?
Así
que quité de mí los atavíos del cargo, la misión y los honores, aparté de mí
los signos y los pliegos del proceso, y puse mis manos abiertas en el aire,
expuestas a lo que ella pudiera sostener.
Fernando
Un
acantilado recibió el desplome de las olas.
Las
amarras del navío se desaferraron.
Sólo
la espuma. Sólo la espuma ofrecía líneas, trazos, rasgos como venas en las que
defenderse.
Una
madera rota flotando, al costado del naufragio.
Ese
es el héroe.
Raúl
Ella,
ante la mano levantada de él, al verlo allí, al verlos allí, cada uno de sus
dedos flacos, nudosos, acicalados, perfectos, como diez verdugos desarmados,
como diez raquíticos hambrientos, apuntó al que parecía estar ahogado,
hinchado, padeciendo… Y le mordió el dedo del anillo.