Orígen de Rosagrís

Revise todos los manuales, diccionarios enciclopédicos y atlas mundiales. No hallará ninguna bandera nacional que entre sus colores ostente ni el rosa ni el gris.

De tal forma, que decidimos confeccionar la bandera Rosagrís, que por otra parte posee el orgullo de ser al mismo tiempo la primera bandera doble faz. De una cara es rosa (el palito o “asta” a la izquierda) y de la otra es gris (el palito o “asta” a la derecha).

Esta bandera es a partir de entonces, la bandera de Rosagris: La Nación que faltaba. Y de hecho, en caracteres dorados, entre una y otra faz, reza: “The country that was needed” en el latín moderno norteamericano).

Esta Nación no posee territorio, ni gobierno ni población. Se trata de una anarquía constitutiva e irrenunciable.

Sin embargo, tiene objetores.

Me explico: Nadie, ni usted, ni su perro ni su locomotor sienten ningún tipo de orgullo por no ser naturales de Suavilandia, Brancosia, Trebuma o Karetchu. En cambio, existimos personas verdadera y fervientemente orgullosas de no ser ciudadanos de Rosagrís. Precisamente estas personas objetoras de su carácter de ciudadanas de Rosagrís, son las únicas de las cuales puede predicarse su carácter de “rosagrises”. De allí que el padre fundador de esta Nación sea el mismísimo Hegel (véase La Lógica).

Rosagrís también posee un héroe nacional: El falso general Trapisondae, quien dirigía un ejército inexistente, con el cual no libró ninguna batalla, en cada una de las cuales no resultó jamás vencedor, pero de cuyas preparaciones hay abundante material estratégico. Posee asimismo un padre espiritual, el falso hermano Lacimo, absoluto no creyente, del que se cuenta que no redactó jamás el sincretismo racionalista que se le arroga, ni indicó en momento alguno no ser quien decía ser, a pesar de lo cual existen numerosas versiones de lo uno y de lo otro.

¿Quiere usted también objetar su ciudadanía?. Sea un objetor más de Rosagrís, un país que sólo posee relaciones internacionales, incluso entre sus propios nacionales, e incluso respecto de cada nacional consigo mismo.

De allí que posea también su goleador: Alexander Barujamen, guardabarreras del equipo, quien equivocó los asaltos y su ubicación en la cancha, así como el juego al que se estaba jugando en el momento en que dejó pasar las pelotas por entre sus manos.

Entregaremos pasaportes a todo aquel que proteste su ciudadanía en el atrio.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Curvas
     
                                                                                                                                Raúl Alberto Ceruti



          A da vueltas alrededor de B. ¿Puede B al mismo tiempo dar vueltas alrededor de A?.
        
         ¿Cúanto movimiento sincrónico hará falta para que todo parezca inmóvil?.

         No hay curvas sin atractores. Alguien que se acerca o alguien que se aleja de un lugar, de un punto, de una persona, no puede hacerlo en forma de curva si al mismo tiempo no tuviera una demora, un embeleso, una distracción.

         Una curva y contracurva no te regresa al mismo lugar. Como la historia, que no se repite.

         Alguien que se detiene un segundo en un camino recto, ya está generando una curva.

         La narrativa es curvilínea. Recta es la imputación, la acusación o el resentimiento.

         La caricia es curva. El golpe rectilíneo.

         Entre una curva y otra hay infinito número de rectas.

         Alguien dobla una palabra. Inventa la música.
  
         Alguien dobla un gesto. Inventa la danza.

         La lengua curva, las manos curvas, el pensamiento curvo, las voces curvas... Permiten la reflexión y la delicadeza. Permiten a la ilusión y al recuerdo.

         El agua es curva. Sólo puede beberse o habitarse.

         Si la flecha tiene un destino, ya ha dejado de ser libre.

         En Rosagrís medimos las distancias con un metro arqueado.

                                                                                       Y cada rincón es testigo de un nudo.