Orígen de Rosagrís

Revise todos los manuales, diccionarios enciclopédicos y atlas mundiales. No hallará ninguna bandera nacional que entre sus colores ostente ni el rosa ni el gris.

De tal forma, que decidimos confeccionar la bandera Rosagrís, que por otra parte posee el orgullo de ser al mismo tiempo la primera bandera doble faz. De una cara es rosa (el palito o “asta” a la izquierda) y de la otra es gris (el palito o “asta” a la derecha).

Esta bandera es a partir de entonces, la bandera de Rosagris: La Nación que faltaba. Y de hecho, en caracteres dorados, entre una y otra faz, reza: “The country that was needed” en el latín moderno norteamericano).

Esta Nación no posee territorio, ni gobierno ni población. Se trata de una anarquía constitutiva e irrenunciable.

Sin embargo, tiene objetores.

Me explico: Nadie, ni usted, ni su perro ni su locomotor sienten ningún tipo de orgullo por no ser naturales de Suavilandia, Brancosia, Trebuma o Karetchu. En cambio, existimos personas verdadera y fervientemente orgullosas de no ser ciudadanos de Rosagrís. Precisamente estas personas objetoras de su carácter de ciudadanas de Rosagrís, son las únicas de las cuales puede predicarse su carácter de “rosagrises”. De allí que el padre fundador de esta Nación sea el mismísimo Hegel (véase La Lógica).

Rosagrís también posee un héroe nacional: El falso general Trapisondae, quien dirigía un ejército inexistente, con el cual no libró ninguna batalla, en cada una de las cuales no resultó jamás vencedor, pero de cuyas preparaciones hay abundante material estratégico. Posee asimismo un padre espiritual, el falso hermano Lacimo, absoluto no creyente, del que se cuenta que no redactó jamás el sincretismo racionalista que se le arroga, ni indicó en momento alguno no ser quien decía ser, a pesar de lo cual existen numerosas versiones de lo uno y de lo otro.

¿Quiere usted también objetar su ciudadanía?. Sea un objetor más de Rosagrís, un país que sólo posee relaciones internacionales, incluso entre sus propios nacionales, e incluso respecto de cada nacional consigo mismo.

De allí que posea también su goleador: Alexander Barujamen, guardabarreras del equipo, quien equivocó los asaltos y su ubicación en la cancha, así como el juego al que se estaba jugando en el momento en que dejó pasar las pelotas por entre sus manos.

Entregaremos pasaportes a todo aquel que proteste su ciudadanía en el atrio.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El falso inspector Druvaldi.

En las calles de Rosagrís cualquier pibe podrá referirte la leyenda del falso inspector Druvaldi.
Todo comenzó, te dirán, inmediatamente antes de la exposición de un sociólogo francés en el colegio de Pálpita. Se había hallado una figurita y se convocó a un Seminario Internacional para dirimir si correspondía o no a la chica de enfrente, a la que el Gordo Túnez se la habia dedicado con un beso, pero que ella rechazó con un gesto desdeñoso. Había registro de que antes de perderse, la figurita había caído en el jardín de López. Y otros registros indicaban que era faltante en el álbum de Gutierrez. No faltaban quienes  habían registrado la compra de la figurita en el bar de San Alfonso.
Finalmente, durante el Seminario Internacional de Bolita sin Arco se acordó que la densidad de la miga de pan en el centro de la baguette era directamente proporcional a la altura de la feta del queso. Y se lo demostraba indicando el crecimiento en el nivel de ventas de lechuga durante el decrecimiento de la cantidad de vueltas de la cuchara de café, permaneciendo constante el número de veces que se unta una tostada durante las mañanas de invierno.
Así, Barrassi, vendedor de "cebollitas para empanadas" salió a la calle a fin de reducir la concentración de comino en las milanesas del vidriero. Para eso, necesitaba hacer un estudio de mercado.
Barrassi como estudioso de mercado llevaba un sobretodo negro y gastado, una libreta de anotaciones y un escarbadiente. El sobretodo en la mano, la libreta colgada del cuello y el escarbadiente detrás de la oreja. Te abordaba de improviso en medio de la calle y te sometía a preguntas del tipo: "¿Qué marca de lavarropa tiene en su casa? "¿Ha comido comida china en los últimos 32 días?" "Tiene auto con palanca de cambio automática?". Todo era puntillosamente anotado y recordado en su memoria prodigiosa. Datos, gestos, señas, elusiones, alusiones, sugerencias... Hasta que se encontró con él. El muchacho que vendía espinaca, que se hacía pasar por inspector de colesterolemia. A todo el que encontrara por la calle, lo sometía a un reguero de estudios, tests de Kupermint y mediciones de nivel de azúcar en el té de rosa mosqueta.
Cuando Barrassi abrió los folios de su encuesta y Druvaldi desplegó su batería de tests, tuvo lugar uno de los duelos más impresionantes en la historia de las molestias ambulantes de Rosagrís.
Barrassi, viéndose acorralado, atinó a la defensa ad hominem y le espetó: "Usted no es el falso inspector Druvaldi. Usted es verdaderamente un inspector".
"Se equivoca - contestó pacientemente el interpelado, mientras agitaba un tubo de ensayo en el que tenía dos gotas de la lluvia de marzo sobre el pelo de Lucy - Mi nombre no es Druvaldi." -  y diciendo esto, dejó caer un reactivo sobre la uña del dedo gordo de Barrassi y dio comienzo una violenta trifulca en la que intervino el tribunal de cuentas, la asociación cooperadora y el comité de bienvenida.
Desde entonces evitamos los registros en Rosagrís.
Las cosas son de quien las regala. Y los regalos son indisponibles.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Lejanías y promesas.

A medida que te acercabas al gobernador de cualquier rincón de Rosagrís, el gobernador iba perdiendo capacidad de mando.
A medida que te acercabas al general del ejército de Rosagrís, el ejército dejaba de obedecerle.
A medida que te acercabas a cualquiera de las jerarquías de Rosagrís, iba descendiendo la jerarquía... Hasta que quedabas al mando. Esperando que alguien se acerque.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Instituciones


Artículo 4º de la Constitución de Rosagrís: “La improvisación vence al caos”.
Explicación didáctica.


I
Causa y Efecto.

            Habían logrado finalmente la paz en todos los aspectos. Habían agotado todas las pulsiones y ansiedades. Cada quien vivía con lo suyo y en lo suyo. El sistema cuadraba por todos sus costados. Sin posibilidades para errar, no había lamentos posteriores.
            Poco a poco no hubo ya intereses, luego dejó de haber intenciones. Más tarde acabaron sin palabras y posteriormente, sin gestos.
            Sumidos en una profunda inacción, generando solamente el calor residual de la entropía, surgió el caos.
            Hasta que alguien improvisó una risa.


II
Omnicomprensión

Svolni había robado en nuestras calles. Una, dos, tres, millones de veces. Se aproximaba en silencio y lentamente te quitaba el tiempo de las manos. Con cualquier excusa, molestia, petición, te retenía y quedabas a expensas de su charla. Muchos se molestaban con él, y algunos hasta lo enfrentaban con un insidioso silencio.
Svolni no conocía de apuros. Ni de arrebatos. Cierta vez detuvo al hombre que iba a desactivar una bomba en el Monumento Principal. O al que iba a aplicar un suero antiveneno al intendente.
Las normas y previsiones teológicas lo condenaban indefectiblemente.
Sin embargo, a pesar de todo ello, o precisamente a causa de ello, a causa de la acumulación del tiempo tan larga y pausadamente malhabido, la noche del tremendo maremoto recorrió casa por casa, cuadra por cuadra, habitación por habitación, rescatando a todos los que pudo.
Por suerte, en Kuraskan, de donde era originario, teníamos un Dios ambiguo. Y una hermosa excepción, completamente ad-hoc, lo recogió en sus cielos.


III
Situaciones de Equilibrio.

            Salaria llevaba los baldes hasta la orilla del río. Salaria vivía de llevar los baldes hasta la orilla del río. Salaria vivía llevando los baldes hasta la orilla del río. Llevar los baldes hasta la orilla del río era la habitación de Salaria.
            Remune introducía los baldes en el agua. Remune vivía de introducir los baldes en el agua. Remune vivía introduciendo los baldes en el agua. Introducir los baldes en el agua era la habitación de Remune.
            Sueldo y Peculio llevaban los baldes con agua hasta el sitio indicado en la colina. Sueldo y Peculio vivían de llevar los baldes con agua hasta el sitio indicado en la colina. Sueldo y Peculio vivían llevando los baldes con agua hasta el sitio indicado en la colina. Llevar los baldes con agua hasta el sitio indicado en la colina era la habitación de Sueldo y Peculio.
            Estipendio colocaba en fila los baldes con agua. Estipendio vivía de colocar en fila los baldes con agua. Estipendio vivía colocando en fila los baldes con agua. Colocar en fila los baldes con agua era la habitación de Estipendio.
            Beco y Viatico descargaban el agua de los baldes en la canaleta. Beco y Viatico vivían de descargar el agua de los baldes en la canaleta. Beco y Viatico vivían descargando el agua de los baldes en la canaleta.  Descargar el agua de los baldes en la canaleta era la habitación de Beco y Viatico.

            Plusval tenía su habitación. Cuando se levantaba iba al baño, y haciendo girar las manivelas, el agua acumulada en las canaletas se deslizaba hasta su grifo, y podía ducharse: La organización vence al tiempo.

            Pero entonces ocurrió que el río se secaba. Y el camino hacia el río era más largo. Cada vez entraban mayores proporciones de limo y arena en los baldes. Los baldes cada vez pesaban más. Cada vez más las canaletas se taponaban y corroían. Y Plusval salía cada vez más sucio del baño. Y cada vez Plusval se enojaba más con todos.

            Hasta que Salaria levantó a Plusval en sus manos y lo tiró en el río, para que pudiera lavarse: La improvisación vence al caos.

           



miércoles, 2 de noviembre de 2011

De la diversificación del poder

El poder en Rosagrís no está distribuido sino diversificado, a través de las numerosas acciones que se conocen tradicionalmente con el nombre común de "Sano Esparcimiento".

Tres de los primeros hitos de esa diversificación fueron los siguientes:

* Durante una batalla naval, en medio de un violento temporal, la nave que comandaba el Teniente Escróupulos y la que comandaba el Almirante Tréntor, fueron elevadas por una tremenda ola al mismo tiempo, impactando ambas en el aire. La tripulación de ambas embarcaciones logró salvarse en las costas de una isla salvaje, y reconstruyeron con los maderos rescatados de la marejada, una nueva embarcación. Al principio hubo discusiones respecto de las proporciones en el armado, en las partes y en el mando, hasta que finalmente se decidió por la solución paradójica: El navío correspondía a ambas naciones en conflicto. En tal sentido, no podía ser utilizada en forma independiente por ninguna de ellas, sin autorización de la otra. Pero al mismo tiempo, cualquiera de ellas podía hacer uso de aquel a la manera de un abordaje. Esto es, la nave sólo podía ponerse en movimiento pacíficamente a través de la acción bélica. Así fue como cada uno de los ejércitos navales se tituló en ejercicio del derecho de abordaje y tomó la dirección de la parte del barco que no le pertenecía, y de esa forma anclaron a la vista del Promontorio de Rosagrís.

* El reinado de Roscaunt Pelldesz fue generoso y pródigo en gestos para con su pueblo. De tal forma que, sin decir nada a nadie, un día decidió recorrer las calles de los barrios bajos disfrazado de un humilde suplicante. Entonces pudo disfrutar de los comentarios que corrían acerca de su persona... Y de las dudas que asaltaban a todos respecto de si podía continuar así, conmovidos por algunos agoreros que anticipaban un pronto retroceso de las permisiones y libertades otorgadas. La sensación general era que ya no se podía estar mejor y que el equilibrio político del reino exigiría su compensación mediante un suceso inesperado y fatidico.
A fin de evitar cualquier modificación, que sus compañeros estimaban no podía sino ser trágica, y a fin de continuar disfrutando de ese buen concepto entre los suyos, se quedó en los barrios bajos para siempre.
De vez en cuando, sin embargo, aparecía un humilde suplicante por las instalaciones del Palacio, firmaba algunas pocas sentencias y decretos y volvía a salir de él. No había rey que lo detuviera en ese intento, ni súbdito que cumpliera con sus dictados.

* El General Milagres había triunfado después de una tremenda y dolorosa batalla. Pero el rey había perdido el trono a manos del enemigo, en virtud de algunas trapisondas diplomáticas e intrigas palaciegas. Milagres se negó a rendir su plaza recientemente conquistada al nuevo rey. Por su parte, los pobladores de ese lugar, se negaban a entregarse al reino conquistador. De forma tal que llegaron a un acuerdo por el cual la conquista, que había sido efectuada a nombre de un rey derrocado, no tenía efectos sobre la población vencida, al mismo tiempo que tampoco tenía efecto el dominio del nuevo rey. Milagres fue declarado Libertador y en virtud de la complejidad jurídica que rodeaba las aldeas que conformaban el terreno del triunfo, nunca volvieron a ser reclamadas como jurisdicción de ningún otro soberano.